Portillines

Realizada por primera vez por Caneja, Cifuentes, González y Lueje en 1956. Una actividad clásica del macizo de Ubiña, de baja dificultad técnica (pasos de II y un tramo de III) pero en la que hay que extremar las precauciones por el mal estado de la roca. La travesía alterna tramos expuestos con otros más relajados; la progresión en largos, además de lenta, puede ser peligrosa debido al continuo desprendimiento de piedras sobre la vertiente de Cueva Palacios, donde pasa la subida a los Fontanes. Es más recomendable combinar tramos desencordados con otros en ensamble, dependiendo siempre de la soltura de la cordada en cresta descompuesta. Con un par de cuerdas puede superarse el rápel final; si se lleva una habrá que hacer péndulo y posiblemente destrepar los metros finales. Material complementario, algunos fisureros, cintas, casco, descensores y unos cuantos cordinos.

La aproximación al Portillín Oriental se hace desde Tuiza hasta el Meicín, aquí tomaremos rumbo a la Forqueta del Portillín (evidente collado que se ve a la derecha del Portillín Oriental), en un par de horas dede Tuiza. Desde la Forqueta, nos aproximamos a la base de la pared Este del Portillín, remontando la canal que nos queda más cercana (pasos de II+ en la canal). Una vez superada, seguimos la ladera hasta la cumbre (pasos aéreos cerca de la cima)

Desde el Portillín Oriental, el recorrido es evidente. Salimos por el filo de la cresta en descenso, y luego en un recorrido horizontal hasta encontrar un cortado que nos cierra el paso. Un par de metros por la derecha hay una pequeña terraza sobre el lado de Cueva Palacios, donde un par de clavos nos permiten hacer un pequeño rápel de unos 8 metros (más recomendable rapelar que destrepar este cortado sobre el vacío). De aquí podemos seguir, por cualquiera de las dos vertientes, hasta llegar a la cima centro oriental. De ésta, sin mucha complicación, continuamos por la vertiente del Meicín (vertiente Sur) hasta la cumbre central.

Una vez pasada ésta, nos encontraremos una canal de unos quince metros que debemos destrepar (destrepe fácil); bordearemos la siguiente aguja por su parte inferior (vertiente de Cueva Palacios), cruzando un par de canales. Al sortear esta aguja, justo bajo su pared Oeste, hay una horcada donde podemos retornar a la cresta (un viejo cordino en un puente de roca nos puede servir de guía). También podemos optar por seguir bajo la cresta, sin subirnos a ella, y trepar hasta la cima centro oriental aprovechando las canales que suben por la vertiente de Cueva Palacios.

De esta última cima seguimos por la cresta y cruzaremos tres pequeños gendarmes (pasos de III) para posteriormente destrepar (vertiente Meicín, Sur) un corto muro para alcanzar la collada previa a la última cumbre. Ya en la collada, subimos andando hasta la cumbre occidental, última de las cinco cumbres de los Portillines.

Desde esta cima, debemos rapelar para alcanzar la collada de la Pasada del Siete. Puede rapelarse desde la misma cima o desde alguno de los gendarmes cercanos a ésta (opción recomendada, suelen tener cordinos). La altura de los rápeles es de unos 50 metros, teniendo en cuenta que debemos hacer algo de péndulo en este punto. Nosotros penduleamos bastante hacia el Oeste aquí en un rápel de 35 metros y alcanzamos una pared sobre esta collada, destrepando posteriormente hasta tierra firme. Una tercera opción es la de destrepar a las bravas por la pared norte, cosa que no recomendamos tanto por la exposición (cae de frente a Cueva Palacios) como por la mala roca (la peor de todos los Portillines).

Una vez en la collada bajo el Siete, el regreso es fácil y evidente, ya sea bajando por el valle de Covarrubia al Meicín (vertiente Sur) como por la Pasada del Siete para volver a la Forqueta del Portillín (vertiente Norte)

Mucha suerte para quien se anime y recordad andar con cuidado en este paseo...