Arista Sureste del Portillín Oriental (Macizo de Ubiña)

Arista SE

Una histórica vía del entorno del Meicín, abierta ya en 1964 (cordada de Delgado, Lorda y Torío). En los últimos años se está convirtiendo en una clásica de la zona para los guías, que suelen repetir con relativa asiduidad este aéreo recorrido en todas las épocas del año. Puede que parte del mérito sea la buena roca, cosa que en Ubiña en general y en este pico en particular escasea, lo que hace a la Arista Suerte del Portillín rara avis de la zona.

Lo sencillo del grado a superar y el rápido acceso puede engañar algo: es un constante cabalgar por un aéreo filo, sin grandes dificultades eso sí, más largo de lo que pareciera desde abajo y con entretenido descenso por la vía normal del pico que por si acaso recomendamos conocer antes no sea que acabemos enriscados. Es una vía que se puede hacer invirtiendo de dos a cuatro horas según el ritmo que le pongamos, a las que hay que sumar hora y media de aproximación desde Tuiza y un par de horas de vuelta desde la cima. Aunque parezca poco, todo ello suma para completar una buena jornada de ubiñismo alpino, al lado de casa. La vía no nos va a exigir mucho material, un juego sencillo y variado de fisureros y cuerda de 50 metros mínimo, según veamos en simple o en doble. Hay tramos que se pueden hacer en ensamble, y un rápel para bajar, no obligatorio pero para el que por si acaso deberíamos llevar descensores. No hay nada de equipamiento fijo en la vía, pero no es difícil topar sitios para proteger y montar reuniones.

Salimos de Tuiza rumbo al Meicín y desde aquí al Norte, a la Forqueta del Portillín. Lo primero es alcanzar la Fuente Bachao, reponer fuerzas y luego continuar la subida ya debajo del pico. La arista es visible en todo momento, y al poco rato abandonamos la subida a la Forqueta para subir por los prados a buscar la canal de acceso, un corto y estrecho tajo herboso a la sombra que nos saca al comienzo de la vía. Llegar al pie de la canal desde Tuiza nos llevará cerca de hora y media. Es más cómodo preparar el material aquí, y luego iniciar la fácil trepada por ella sin encordar, lo que haremos ya en la parte superior.

El contenido grado de la arista llama a engaño, ya que si bien hasta la parte media no encontraremos tramos de entidad, tampoco tenemos descanso ni partes seguras. Por la vertiente este una inclinada llambria nos tiraría decenas de metros más abajo al prado, y por la vertiente Oeste hay en todo momento caída vertical a la canal de Covarrubia. Por lo cual, es conveniente subir en ensamble con seguros intermedios y asegurar largos en los tramos que veamos más delicados, según como lo veamos.

Por lo pronto, los primeros metros, sencillos (II) nos acercan a un primer muro, con variados pasos de III grado encadenando llambrias, fisuras, placas tumbadas y pasos de adherencia por la laja inclinada que forma la arista en su primera mitad. Un tramo de esta guisa nos deja en una zona horizontal, más sencilla (II) pero en la que nos encontramos dos pasos más serios (III, ojo si está mojado), remontando sendas brechas que nos salen al paso. Una vez pasadas éstas seguimos para llegar al pie de lo que ya es la pirámide cimera del pico y las mayores dificultades de la vía.  Aunque en la foto parezca poco, cosas de la perspectiva, habremos recorrido casi dos terceras partes del recorrido; que no nos asuste lo que tenemos delante que, aunque largo y empinado, es más rápido y directo.

Delante tenemos un precioso diedro tumbado, limpio y fisurado, muy estético, en el cual es una gozada trepar (III+/IV); se deja proteger perfectamente con fisureros. Podemos montar un relevo al pie de sus 15-20 metros, y luego continuar unos metros más (II) para llegar al segundo diedro. Éste es más largo (20-30 metros), de dificultar similar pero con algo más de piedra suelta (IV-). En la parte alta podemos salir unos metros a la derecha para buscar un punto donde montar otro relevo, usando siempre fisureros o laceando bloques si encontramos alguno que merezca confianza. La trepada posterior es sencilla (II) y nos deja un rato después al final de la arista propiamente dicha. El terreno se abre, se tumba y podemos recoger material ya que los últimos metros iremos caminando hasta el montón de piedras cimero.

Una vez llegado el momento de bajar, vamos a hacerlo por la vía norma, que tiene su miga. Ésta va por la ladera Noreste del pico, la opuesta a aquella por la que subimos. Suele estar bien jitada lo que ayuda si no la conocemos, pero mucho cuidado ya que tiene mala roca y mucha piedra suelta. Unos metros iniciales dando cara al Meicín nos conducen a una canal, orientada a la cara Norte (canal de Covapalacios), por la que seguimos el descenso. Evitando un corte por la derecha, llegamos a una instalación de rápel. Bajo nosotros tenemos una tiesa canal de unos 20 metros, no muy difícil (II grado) pero con mucha piedra suelta, lo que la hace delicada. En mojado o con nieve, es casi obligatorio el rapelar.

Desde el pie de la canal ya sólo tenemos que seguir a la derecha, ya en terreno amigable, para salir a la Forqueta del Portillín, brecha que separa el valle del Meicín del de Covapalacios. De la cima hasta aquí tenemos unos 30 minutos de cuidadoso descenso, y luego unos 40-45 minutos de dura bajada para llegar al refugio, donde reponer fuerzas. Media hora más nos separa del pueblo y del fin de esta sencilla pero trepidante actividad en lo más estético de los Alpes Tuizos.

Disfrutadla con respeto y precaución, ojo con la traviesa meteo de las Ubiñas y pasadlo bien allá arriba. Suerte y un saludo del Maquis.